Domingo 10 de octubre:
12:00 p.m. siento temor al no saber que pensará de lo que voy a decir.
3:30 p.m. me digo a mi misma que lo peor que pueda pasar es que se asuste
y escribo:
No se porqué no puedo hablar con vos cara a cara de estas cosas. Creo que es simple temor a quitar ese muro que tengo al frente y darte espacio a que me conozcas como soy realmente.
Además hay también una amistad de 9 años que temo perder por un falso adelantamiento o por suponer mal o por no querer arriesgar un poquito. ¿No te has dado cuenta que ni siquiera soy capaz de abrazarte o de robarte un beso? y eso que no es por falta de ganas.
A veces pienso que mi freno es el hecho de saber que hay alguien, y no quiero meterme ahí por respeto.
Perdón por decir esto asi, por escrito, me siento cobarde y hasta un poco tonta.
11: 30 p.m. Me dices
-me dejaste sin palabras, me encantó. Pero necesitamos hablar.
Desde ese momento he tenido mi cabeza en el cráter más profundo de la luna pensando ¿qué va a pasar?
Sábado 16 de octubre:
1:56 a.m. Acabo de darme cuenta que en el cráter más profundo de la luna encontré un corazón ciego que no veía la oportunidad de amar que tenía frente a él.