lunes, 11 de octubre de 2010

Hace mucho tiempo atrás

Una musa de mirada profunda y voz sugestiva le hablaba a mi alma.
Mi mente trataba de entender que le pasaba a mi alma porque nunca había sentido algo así. Con cada
palabra que la musa susurraba mi alma se sentía más libre y mi corazón latía más tranquilo.

Varios días pasaron, la voz de la musa guardaba silencio. Mi alma la esperaba ansiosa y mi corazón la extrañaba.

Una noche clara la misma voz susurró: Acá estoy, volví.

Mi alma sonrió y el corazón palpitó con más fuerza que nunca.Otra vez mi cuerpo supo que era vivir bajo la luz de una luna nueva.